El Efecto Medalla: Reconocimiento y Comparación Social
- Aron Alma
- 16 dic 2024
- 6 Min. de lectura
Si alguna vez has observado una ceremonia de premiación en los Juegos Olímpicos, es posible que te haya sorprendido algo curioso: mientras los medallistas de oro celebran con entusiasmo y los de bronce sonríen satisfechos, los de plata, en muchos casos, parecen menos felices.
Aunque han alcanzado un logro extraordinario, suelen mostrar una expresión apagada, como si algo les faltara. Este fenómeno, conocido como el Efecto Medalla, nos muestra cómo las comparaciones sociales y los pensamientos sobre "lo que pudo ser" influyen en nuestra percepción del éxito.
Pero este fenómeno no se limita al deporte. En el mundo laboral, las personas enfrentan continuamente situaciones similares: ¿qué siente un empleado al quedar segundo en un proceso de promoción? ¿Qué pasa por la mente de un equipo que se quedó a un paso de alcanzar su objetivo, comparado con otro que apenas logró cumplir lo básico pero llegó al "podio"?

El Efecto Medalla no solo explica por qué un bronce puede ser más gratificante que una plata, sino también cómo las expectativas y comparaciones afectan nuestra satisfacción y motivación en entornos laborales y de equipo.
¿Qué Pasaba por la Cabeza de los Competidores?
Imaginemos un proceso de selección interna en una empresa para una promoción clave. El candidato que queda en segundo lugar, a un paso del ascenso, podría sentirse más frustrado que motivado. En su mente, la cercanía al primer puesto intensifica la percepción de pérdida: "Si hubiera preparado mejor esa presentación, tal vez lo habría conseguido". Es una comparación ascendente que enfatiza lo que no logró, más que lo que sí.
Por otro lado, el empleado que obtuvo un reconocimiento menor, pero dentro del marco del éxito, puede sentir mayor satisfacción. Su perspectiva podría centrarse en lo que evitó ("al menos no quedé fuera del grupo destacado"), lo que le permite valorar más el logro alcanzado. En este ejemplo, las dinámicas del Efecto Medalla ayudan a explicar cómo las personas perciben el éxito y el fracaso dentro de las estructuras jerárquicas y competitivas de las organizaciones.
Lo mismo ocurre con equipos de trabajo. Un equipo que estuvo cerca de ganar un importante contrato para la empresa podría frustrarse al enfocarse en lo que no lograron. Mientras tanto, otro equipo que, aunque con un resultado menor, superó un mínimo indispensable, podría experimentar más satisfacción al centrarse en lo que consiguió en lugar de lo que faltó.
Bases Psicológicas del Efecto Medalla
El Efecto Medalla se fundamenta en dos procesos psicológicos clave:
Teoría de la Comparación Social (Festinger, 1954): Las personas evalúan su desempeño al compararlo con el de otros, ya sea para sentirse motivadas, ajustar su percepción de éxito o definir su valor personal. En el ámbito laboral, estas comparaciones son inevitables: ¿cómo me desempeño frente a mis compañeros? ¿Cómo se perciben los resultados de mi equipo en comparación con otros?
Pensamiento Contrafactual: Este mecanismo mental nos lleva a imaginar escenarios alternativos, ya sea mejores (contrafactuales hacia arriba) o peores (contrafactuales hacia abajo). Un líder de proyecto que se pregunta "¿Qué habría pasado si hubiéramos gestionado mejor el tiempo?" está activando un pensamiento contrafactual ascendente que, si no se maneja, puede ser desmotivador.
Estos procesos explican por qué un logro puede interpretarse de maneras muy distintas según el contexto y el enfoque.
Comparación Ascendente y Comparación Descendente

Es así como para entender el Efecto Medalle, debemos estudiar de qué forma las personas nos comparamos y cómo nos situamos en esas comparaciones. Entonces definimos la Comparación Ascendente , con quienes situamos en una escala superior; y la Comparación Descendente, con quienes situamos en una escala inferior.
Comparación Ascendente
En el entorno organizacional, las comparaciones ascendentes se producen cuando los empleados o equipos evalúan su desempeño frente a quienes lograron un mejor resultado. Por ejemplo, un equipo que quedó en segundo lugar en una competición de innovación puede frustrarse al pensar lo cerca que estuvo de ganar. Aunque su desempeño haya sido sobresaliente, se mide contra la perfección, lo que genera insatisfacción.
Comparación Descendente
Por otro lado, las comparaciones descendentes permiten que las personas o equipos encuentren satisfacción en lo que lograron al compararse con quienes quedaron por debajo. Por ejemplo, un equipo que alcanzó la meta mínima podría valorar el hecho de haber superado a otros que no lo lograron, experimentando gratitud por su posición relativa.
Estudios y Resultados del Efecto Medalla
Medvec, Madey y Gilovich (1995) fueron los descubridores del Efecto Medalla, a través de su estudio en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. En este estudio, los investigadores analizaron las expresiones faciales de los medallistas olímpicos durante las ceremonias y entrevistas posteriores, demostrando que las comparaciones descendentes generan mayor satisfacción. Los resultados mostraron que:
El 69% de los medallistas de bronce exhibieron expresiones de felicidad, mientras que solo el 45% de los medallistas de plata lo hicieron.
Los medallistas de plata tendían a expresar pensamientos contrafactuales hacia arriba, como "Si hubiera hecho esto diferente, habría ganado el oro".
Los medallistas de bronce, en cambio, se enfocaron en lo que evitaron, pensamientos contrafractuales hacia abajo como "Al menos no quedé cuarto".
Este fenómeno también se ha observado en ambientes laborales, donde quienes obtienen un reconocimiento menor pero valioso tienden a sentirse más satisfechos que quienes quedan a un paso del máximo premio.

García et al. (2013) replicaron estos hallazgos en competencias empresariales, confirmando que los procesos de comparación social son universales. Este estudio amplió el análisis del Efecto Medalla al ámbito laboral, evaluando cómo los empleados reaccionan a diferentes reconocimientos en entornos competitivos. Entre los hallazgos más relevantes:
El 72% de los empleados que quedaron en posiciones intermedias en una evaluación de desempeño reportaron insatisfacción al compararse con quienes estuvieron en el top 10%.
Sin embargo, el 68% de los empleados que recibieron un reconocimiento menor pero significativo (top 30%) se mostraron satisfechos, al centrarse en lo que lograron en lugar de lo que no alcanzaron.
Estos datos confirman que las comparaciones ascendentes y descendentes moldean la percepción de los logros, tanto en contextos deportivos como organizacionales.
Estrategias para Aplicar el Efecto Medalla en la Gestión del Talento
El Efecto Medalla tiene importantes lecciones para el mundo laboral, ayudando a entender cómo las comparaciones sociales afectan la motivación y la percepción del éxito. A partir de estos estudios, se pueden definir algunas estrategias eficaces para gestionar de forma eficaz el Talento a través del conocimiento del Efecto Medalla.
1. Diseñar Reconocimientos Equitativos
Los sistemas de reconocimiento deben valorar tanto los resultados como el esfuerzo y el progreso. Esto ayuda a evitar que los empleados perciban sus logros como insuficientes al compararse con quienes obtuvieron resultados ligeramente mejores.
2. Fomentar una Cultura Colaborativa
En equipos, promover un enfoque en los objetivos comunes, en lugar de la competencia interna, puede reducir el impacto de las comparaciones negativas. Por ejemplo, destacar cómo el esfuerzo de todos contribuyó al éxito general puede mitigar la insatisfacción de quienes no alcanzaron el resultado ideal.
3. Proporcionar Feedback Constructivo
El feedback enfocado en el crecimiento personal, en lugar de comparaciones directas con otros, fomenta la motivación intrínseca. Un comentario como "Has mejorado tu desempeño respecto al trimestre anterior" es más efectivo que "Estuviste por detrás de tu compañero en ventas".
Cómo Transformar las Comparaciones en Motivación
El Efecto Medalla nos recuerda que el éxito es relativo: no solo depende de lo que logramos, sino de cómo lo interpretamos en función de las comparaciones. Las organizaciones pueden transformar este fenómeno en una herramienta para fomentar la motivación y el compromiso, al diseñar sistemas que celebren tanto el esfuerzo como el resultado, y al promover una cultura que valore el crecimiento personal y colectivo.
El Efecto Medalla nos recuerda que el éxito es relativo: no solo depende de lo que logramos, sino de cómo lo interpretamos en función de las comparaciones.
Al entender las dinámicas detrás de las comparaciones sociales, las empresas pueden no solo mejorar la satisfacción de sus empleados, sino también crear entornos más resilientes y motivadores, donde cada logro, grande o pequeño, se perciba como un paso adelante.
Referencias
Festinger, L. (1954). A theory of social comparison processes. Human Relations, 7(2), 117-140.
Medvec, V. H., Madey, S. F., & Gilovich, T. (1995). When less is more: Counterfactual thinking and satisfaction among Olympic medalists. Journal of Personality and Social Psychology, 69(4), 603-610.
García, S. M., Tor, A., & Schiff, T. M. (2013). The psychology of competition: A social comparison perspective. Perspectives on Psychological Science, 8(6), 634-650.
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